La instalación del ground cover, también conocido como malla antimaleza o cobertura de suelo, se ha convertido en una de las prácticas más efectivas y accesibles para mantener espacios productivos limpios, ordenados y protegidos frente al crecimiento de malezas. Su función principal es actuar como una barrera fitosanitaria que optimiza el manejo del cultivo y evita la competencia indeseada por nutrientes, agua y luz. Aunque se trata de un material ligero y sencillo de instalar, su desempeño depende en gran medida de ejecutar correctamente cada paso del proceso. Cuando se instala de forma adecuada, el ground cover garantiza un control duradero, reduce costos operativos y mejora las condiciones sanitarias del entorno.
A continuación, exploramos por qué el ground cover es tan relevante para viveros, invernaderos y áreas de paisajismo, y presentamos una guía clara y estructurada sobre su instalación.

Por qué el ground cover es clave para el control fitosanitario de los cultivos
El ground cover cumple una función crítica: bloquear de manera física el crecimiento de malezas que pueden convertirse en reservorios de plagas, enfermedades o hongos. Esta simple barrera permite conservar un ambiente controlado, reduce la necesidad de herbicidas y evita que las plantas invasoras compitan con las especies de interés. Además, al impedir que la luz llegue al suelo, la malla limita la germinación de semillas y mantiene la superficie seca, lo cual ayuda a prevenir proliferaciones no deseadas.
En cultivos como las fresas, el ground cover aporta un beneficio adicional. Al mantener el fruto separado de la tierra húmeda, evita su deterioro y garantiza que no se pudra, un detalle que mejora la calidad del producto y reduce pérdidas.
Preparar el terreno es el paso más importante en la instalación del ground cover
La efectividad de la instalación comienza con una preparación rigurosa del terreno. Este es el paso crítico que determina si la malla funcionará correctamente. El área debe limpiarse previamente para eliminar malezas, residuos, escombros o plantas no deseadas. Una superficie libre de obstáculos permitirá que la malla se extienda por completo sin generar espacios vacíos donde puedan reaparecer las hierbas.
También se recomienda nivelar el terreno para asegurar una instalación uniforme. Cuando el suelo está demasiado seco, un ligero riego puede facilitar la extracción de malezas más grandes o resistentes. Este nivel de detalle inicial define la estabilidad de la sujeción del ground cover.
La clave para una cobertura continua está en medir, extender y cortar el ground cover
Una vez que la superficie está lista, el siguiente paso es medir, extender y cortar la malla según el área que se desea cubrir. El ground cover debe abarcar toda la zona objetivo sin dejar bordes expuestos.
Cuando se requieren varios tramos de malla, es indispensable respetar un traslape mínimo de 5 cm entre piezas. Este pequeño margen evita que las malezas encuentren puntos de salida entre las uniones y garantiza una barrera continua. El traslape es un requisito indispensable para evitar brotes de hierbas a través de la línea de unión.
Tensa el ground cover para asegurar su estabilidad
La sujeción correcta es otro elemento esencial para garantizar la durabilidad del ground cover. La malla debe permanecer tensa, sin arrugas ni desplazamientos, ya que cualquier movimiento puede comprometer su desempeño.
Para fijarla al suelo se pueden utilizar estacas o grapas de sujeción, que representan la alternativa más firme y duradera. Recomendamos colocarlas cada 50 cm, especialmente en áreas expuestas al viento. Finalmente, cubrir ligeramente los bordes con tierra u otro material ayuda a reforzar la estabilidad y evitar que la malla se levante.
Cómo adaptar el ground cover a tus cultivos
Una vez instalada la cobertura, es posible abrir espacios para sembrar o conservar plantas existentes. Para ello, se deben realizar cortes específicos en la malla, ajustando el tamaño de la abertura a las necesidades del cultivo.
El método más práctico es realizar un corte en forma de “X”. Esta técnica facilita abrir el hueco, trabajar el suelo que queda debajo y reacomodar la malla alrededor del tallo o bulbo. En el caso de mallas tejidas, es posible que hayan ligeros deshilachados, una característica normal del material.
Para mayor protección, agrega una cubierta superficial
Aunque el ground cover funciona perfectamente sin recubrimiento adicional, agregar una cubierta superficial mejora el aspecto visual y proporciona una capa extra de protección. Entre las alternativas recomendadas están la gravilla, la corteza de pino o las piedras decorativas. Cuando se utiliza un material granular, lo ideal es mantener un grosor de aproximadamente 5 cm.
Errores comunes que deben evitarse
El error más frecuente al instalar un ground cover es dejar zonas sin cubrir. Esto reduce drásticamente la eficacia de la barrera y permite que la maleza vuelva a aparecer. La malla debe cubrir la totalidad del área sin excepciones.
El ground cover de Polyproductos es la herramienta esencial para tu proyectos agrícolas
La instalación adecuada de un ground cover es una de las prácticas más efectivas para mantener el control fitosanitario en viveros, invernaderos y proyectos agrícolas. Su capacidad para bloquear el crecimiento de malezas, mejorar la limpieza del entorno y reducir la necesidad de herbicidas lo convierte en un recurso indispensable para proteger cultivos, optimizar el manejo del suelo y garantizar condiciones sanas y eficientes de producción. Implementarlo correctamente no solo mejora el rendimiento del cultivo, sino que también representa una inversión estratégica en la salud y la estabilidad del proyecto agrícola.
Polyproductos pone a disposición del sector agrícola ground cover de polipropileno diseñado para ofrecer resistencia, durabilidad y un desempeño superior en el control de malezas. Su calidad y facilidad de instalación lo convierten en una solución confiable para agricultores, viveristas e invernaderos que buscan un manejo más eficiente y profesional del suelo.